Playlist official de RETO TOKIO os recomiendo ponerla desde el principio cuando leais esto.
HISTORIADamos un salto en el tiempo hasta el año 660 a.C. en el que se inicia el reinado de Jinmu Tenno. Es considerado el el primer emperador de Japón y el fundador del país, sin embargo no hay pruebas históricas fehacientes de su verdadera existencia, por lo no va más allá de leyenda. De hecho, se supone que fue descendente de la mismísima Amatersasu (Diosa del Sol y creadora de Japón).El periodo Yayoi se caracteriza por los contactos con Corea. Fue entonces cuando se incorporó el uso de metales, el desarrollo de las primeras formas de agricultura, y por consiguiente, el inicio de una vida menos nómada. podemos conocer la existencia de las primeras jerarquías de esta época gracias a los kofun (tumbas).
La sociedad japonesa se va volviendo cada vez más compleja y la adopción de creencias y rituales son ya comunes entre la población (siendo el culto del sintoísmo el más extendido). China es el modelo a seguir, especialmente en el ámbito científico y tecnológico. También comienza a difundirse el uso de la escritura. Se estima que en esta época convivieron unos 100 reinos diferentes, con el clan Yamato como uno de los más importantes.
- Periodo Nara (710-794)
Si bien fue relativamente corto, este periodo histórico tiene gran importancia histórica. La creación de una capital permanente (en Nara) nos catapulta a una nueva época, caracterizada por la difusión del budismo y del confucianismo y la creación de los primeros templos religiosos como el Todai´ji, que todavía se puede visitar y que data del año 745. También fue cuando se escribieron grandes obras literarias que llegaron hasta nuestros días, como el Kojiki, el libro más antiguo que habla de la historia del país. La influencia China era aún enorme.
Si bien fue relativamente corto, este periodo histórico tiene gran importancia histórica. La creación de una capital permanente (en Nara) nos catapulta a una nueva época, caracterizada por la difusión del budismo y del confucianismo y la creación de los primeros templos religiosos como el Todai´ji, que todavía se puede visitar y que data del año 745. También fue cuando se escribieron grandes obras literarias que llegaron hasta nuestros días, como el Kojiki, el libro más antiguo que habla de la historia del país. La influencia China era aún enorme.
En el año 795 el emperador Kammu decidió trasladar la capital a Heian-kyo, ciudad que mantuvo este privilegio durante unos 1.000 años (casi ná). Seguramente este nombre no te diga nada pero ¿y si te decimos que es la actual Kioto? Fueron años de florecimiento de una cultura cortesana, que provocó un desarrollo en las bellas artes como la literatura, la música y la poesía.
También en esta época empieza a delinearse la futura sociedad feudal del país, en la que el emperador perderá cada vez más poder en favor de la aristocracia, especialmente el Clan Fujiwara.
Comienza también a surgir una clase guerrera que cambiaría la historia de Japón: los samuráis, que los señores feudales (daimyos) contrataban para protegerse. Y no iban mal desencaminados ya que, si bien la época Heian se caracteriza por ser tranquila y pacífica, sus últimos años estuvieron marcados por unas guerras civiles bastante cruentas (guerras Genpei). Long story short: la cosa estaba entre los clanes Minamoto y Taira. Ganan los Minamoto y establecen algo novedoso y revolucionario: el primer shogunato.
Empieza así la época medieval, con la llegada de una figura que modificaría las reglas del juego: el shogun. ¿Qué fue el shogun? Se podría definir como un jefe militar, vitalicio y hereditario, al que los daimyos (señores feudales) prometían fidelidad. Así que el shogunato (bakufu) es un gobierno militar-feudal basado en la lealtad entre señores feudales, vasallos y samuráis.
Los shogunes tenían un poder tan grande que eran los que gobernaban Japón de facto y no el emperador, el cual se transformó en una simple figura nominal y simbólica. El primer shogun fue Minamoto no Yoritomo.
Un hecho histórico que podría haber cambiado el curso de la historia de Japón y que, sin embargo gracias a un tifón, no llegó a concretarse fue la invasión por parte del Imperio Mongol. Es entonces cuando se popularizó el término “kamikaze” que literalmente quiere decir “viento divino” y que protegió al país. Te suena porque es el mismo termino que se utilizó para denominar a los famosos pilotos suicidas japoneses.
Pero Go-Daigo no se rindió sin más, se trasladó a Yoshino y fundó la que la historia recordaría como “la dinastía del sur”, mientras Ashikaga reinaba en la “dinastía del norte”. Al no disponer ninguno de un poder militar dominador ni de grandes extensiones, se hicieron vitales las amistades y los acuerdos estratégicos con los diferentes daimyos, que gobernaban sobre pequeños territorios.
El sistema feudal está en pleno apogeo, así como la agricultura y el comercio, incluido el exterior (con la cercana China pero también por primera vez con los occidentales, a los que los japoneses llamaban “barbaros del sur”).
Es también la época en que el budismo zen más se extiende y se desarrollan ceremonias que perduran hoy en día, como el arte del arreglo florean (ikebana) o la ceremonia del té.
Por otro lado, debido a los altos impuestos, la gran mayoría de la población no estaba nada contenta y cada vez con más frecuencia se organizaron revueltas. A esto hay que sumar las crecientes disputas entre los daimyos. Resultado: Guerra Civil, que deja el país sin poder central efectivo y dividido en más de 200 “reinos” independientes.
Lo más destacable de este breve periodo es la importante figura del daimyo Oda Nobunaga, que pone las bases de la reunificación del país. Al morir asesinado no pudo cumplir su objetivo, pero sí lo hizo su sucesor: Toyotomi Hideyoshi, en 1590.
Toyotomi también se recuerda por sus miras expansionistas, que incluyeron frecuentes invasiones a Corea.
Este periodo empieza con la llegada al poder de Ieyasu Tokugawa, que sucede Toyotomi Hideyoshi. Edo, la actual Tokio, es la ciudad elegida como nueva capital y que pasa en pocos años de ser un pueblo a una metrópoli en toda regla.
Ieyasu tenía claro que nada bueno se podía sacar del resto del mundo y que lo mejor era potenciar el aislamiento total del país (sakoku), como anteriormente había teorizado Toyotomi. Es a partir de 1630 cuando este aislamiento total se hace efectivo: nadie puede salir y nadie puede entrar. Los cristianos son perseguidos y los pocos extranjeros confinados en islas o deportados.
Durante el Periodo Edo nace el teatro kabuki, también la figura de las geishas, se popularizan los torneos de sumo (un arte que ya existía desde hace siglos), las calles se llenan de puestos de comida callejera… Nace por tanto la imagen que todos tenemos en la mente cuando pensamos en el Japón Medieval. Pero está claro que no todo era de color de rosa: la gente común sufría fuertes presiones fiscales y el descontento estaba a la orden del día.
Japón estuvo aislada hasta 1853, cuando la flota del comodoro Matthew Perry de la Armada de los Estados Unidos se plantó frente al puerto de Tokio y amenazó con usar la fuerza si el país no accedía a abrirse al comercio exterior, y por tanto terminar su aislamiento.
Si por un lado el aislamiento favoreció una fuerte identidad nacional, por otro también estancó al país impidiendo su desarrollo por lo que, sencillamente, Japón no podía hacer frente a las amenazas norteamericanas. Se firma entonces el Tratado de Kanagawa y, tras dos siglos, vuelve a abrirse al extranjero. Para muchos este es un momento clave ya que, implícitamente, Japón se auto-reconoce como un país débil.
Y aquí empieza un nuevo y gran conflicto: muchos son partidarios de quedarse tal y como estaban, pero muchos otros tienen claro que para seguir el camino del desarrollo de las otras potencias mundiales hay que pasar página, derrocar el shogunato y modernizarse de una vez.
Empieza entonces lo que se conoce como “Bakumatsu”, un periodo turbulento entre 1853 y 1867, en el que se enfrentan estas dos ideas:Por un lado tenemos a los partidarios de la apertura al exterior, liderados por Tokugawa Nariaki, que profesaba una gran lealtad hacia el emperador y que sabía que si Japón no abandonaba el sistema feudal no podría avanzar.
Y por otro los que seguían apoyando el shogunato y el sistema feudal, liderados por Li Naosuke, que opinaban que Japón no tenía la fuerza suficiente para luchar contra las demás potencias. Eran partidarios de ceder a un limitado número de contactos comerciales, pero seguir con el sistema feudal para proteger la identidad japonesa y sus tradiciones.
Con el fin del periodo Edo, acaba toda una señora época de la historia de Japón. El periodo Meiji es sinónimo de reformas y cambios: uno de los mayores fue el cese del poder feudal y consecuentemente muchos daimyos caen en desgracia. Pero no aquellos que habían sido fieles al emperador, que recompensados con nuevos cargos: príncipes, marqueses, condes, vizcondes y barones. Se creó un consejo de gobierno (dakojan) que apoyaba el emperador en la creación y aplicación de las reformas.
Edo pasa a llamarse Tokyo, se crea la moneda nacional (yen), se promulga la primera Constitución imperial (que estaría en vigor hasta 1947) y la educación se convierte en una de las prioridades del emperador y se decide hacerla pública obligatoria. También es en este periodo cuando nace la prensa tal y como la conocemos hoy.
El emperador Meiji Tenn (Mutsuhito) tiene claro que, no solo es bueno abrir el país al exterior para aprender de Occidente, sino que lo mejor es comenzar una nueva política expansionista. El lema de la época es “kyohei fukoku” que significa literalmente “enriquecer el país, fortalecer a los militares”. Y es que otra cosa que el Emperador Meiji tiene clara es que hay que evitar a toda costa que Japón tenga el fin de otros paises colonizados en Asia.
Comienza entonces la industrialización del país que, en unas pocas décadas, convertiría a Japón en toda una potencia económica. A finales del siglo XVIII dan inicio las primeras guerras de expansión (primero la Guerra Sino-Japonesa, seguida por la Guerra ruso-japonesa). También se crea la primera línea de ferrocarril, medio de transporte que cambiaría para siempre al país.
En 1895 Taiwan cae en manos japonesas y Corea hace lo mismo en 1910 (ocupación que duraría hasta 1945).
A la muerte del emperador Meiji, le sucede el emperador Taisho y da comienzo un nuevo, corto pero movido, periodo de la historia japonesa.
El evento clave es sin duda la participación de Japón en la primera Guerra Mundial. Con el estallido del conflicto, Japón que era aliada de Gran Bretaña desde principios de 1900 no dudó en apoyar a la Triple Entente. Claro está, más allá del apoyo a Gran Bretaña, los japoneses querían demostrar por fin su potencial y, obvio, conseguir algo a cambio (las colonias alemanas en el Pacífico).
Poco a poco Japón se hizo con el control de estas colonias, Tsingtao, las islas Marianas, las Marshal y las Carolinas (también hay que reconocer que los alemanes tenían problemas más urgentes en Europa).
Japón estaban más que satisfecha con su “botín” por lo que, cuando Gran Bretaña les solicitó apoyo naval en el Mediterráneo, decidieron enviar un puñado de destructores, sin involucrarse mucho más. A los ingleses esto les sentó como una cuchillada en pleno corazón y al acabar la guerra, con el tratado de Versalles de 1919, se sirvieron una particular venganza (cosa que, como veremos en el futuro, Japón no olvidó). Más allá de dejarles las colonias alemanas que habían ganado y un asiento en la recién instituida “Sociedad de las Naciones”, no se les concedió nada más. Lo que perseguía Japón era el reconocimiento internacional como potencia, al nivel de Francia, Gran Bretaña o Estados Unidos, pero seguían siendo ninguneados y tratados de forma injusta.
Al acabar la guerra, la situación político-económica del país estaba francamente mal. A esto se sumó el terrible Gran Terremoto de Kanto del ’23 y el ya citado descontento generalizado del país por no sentirse valorado por las otras grandes potencias mundiales. Y ya sabemos que si algo tienen los japoneses es orgullo. Humillados por Occidente, se creo el caldo de cultivo para una venganza que no tardaría en llegar…
- Periodo Showa (1926-1989)
Cuando se proclamo líder, el nuevo emperador Showa (Hiroito) pronunció un discurso basado en proclamas de paz y estabilidad. Pero del dicho al hecho… durante este largo periodo se pasó de una depresión económica a la amenaza del comunismo y a una creciente corriente de nacionalismo. Aunque el hecho que más marcó esta era fue, sin duda, la participación japonesa en la Segunda Guerra Mundial.
Cuando se habla de Segunda Guerra Mundial, obviamente el escenario principal es Europa, con Alemania combatiendo contra los aliados. Pero no hay que olvidar el gran papel que desempeñó en la contienda el frente del Pacifico. Japón estaba impulsada por una fuerte política expansionista, así que no es de extrañar que en 1937 comenzara la II Guerra Sino Japonesa, en la que los japoneses, que ya controlaban la Manchuria, invadieron parte del norte y este de China.
Hay que recordar que, si bien en la Primera Guerra Mundial los japoneses apoyaron a Gran Bretaña, las relaciones terminaron siendo muy tensas entre los dos países. En este contexto y tras las primeras victorias alemanas, no dudaron en “cambiar de bando” y aliarse con los alemanes y los italianos, en el Pacto del Eje.
En 1940 Japón decide dar un paso más e invadir zonas de la Indochina francesa y holandesa. Pero lo más gordo estaba por llegar: el 7 de diciembre de 1942 Japón sorprendió el mundo entero con un ataque a la base naval de Pearl Harbor. Esta ofensiva fue como un gigante “efecto mariposa” ya que provocó la entrada en la II Guerra Mundial de los Estados Unidos que, hasta aquel momento se habían mantenido en un plano secundario. Hay quien dice que realmente a Roosvelt este ataque le vino de perlas para usarlo como pretexto para entrar en guerra y ganar, por fin, el apoyo de la opinión pública, que prefería mantenerse neutral.
En un primer momento, los EE.UU. se enfocaron en el frente del Pacífico, ya que los japoneses no paraban de sumar nuevos territorios. De pronto las cosas comenzaron a cambiar y los americanos se hacen con enclaves estratégicos y a minar el poder japonés. El avance de Japón fue parado definitivamente en la isla de Midway, desde entonces los nipones fueron para abajo. A mediados de 1943 disponían de una flota naval y aérea muy diezmada.
Sin embargo no se rindieron e intentaron mantener, de cualquier forma, el control en los territorios conquistados del Sudeste Asiático y China. En la batalla del Golfo de Leyte (Filipinas) y estando prácticamente vencida, se negaron a sacar la bandera blanca y apuraron al máximo para llegar a un acuerdo de paz, sin ceder demasiados territorios. Como respuesta Estados Unidos comenzó una serie de bombardeos sobre la nación nipona, que fueron el aviso de una futura invasión bélica.
Sin embargo esta invasión nunca llegó a producirse: la decisión final de Truman fue atacar dos ciudades tristemente famosas: Hiroshima y Nagasaki. ¿Cómo? Con dos bombas atómicas.
El 15 de agosto de 1945, unos días después de los ataques atómicos, el Emperador Hiroito anunció la rendición con un discurso a la nación, transmitido por radio (puedes eschucharlo y leerlo aquí). Sin embargo no abdicó, cosa que muchos japoneses no le perdonaron jamás. Es más, recibió inmunidad y no fue juzgado como criminal de guerra jamás.
Las bombas de Hiroshima y Nagasaki dejaron al país tocado y hundido: no solo las perdidas humanas fueron incalculables, sino que el sentimiento nacional sufrió un golpe durísimo. Además, por primera vez en toda su historia, la nación fue ocupada (por los Estados Unidos). Fue por un periodo corto, hasta 1952, fecha en la que Japón volvió a levantar cabeza y a convertirse en estado independiente.
Tras a guerra las cosas mejoraron: con la nueva Constitución de 1947 Japón pasó a ser un estado democrático y la monarquía absoluta fue abolida (aunque la figura del emperador y de su familia se mantendrían como símbolo). A esto hay que sumar un boom económico sin precedentes en la segunda mitad del siglo XX ,que por fin dio al País del Sol Naciente el tanto ansiado reconocimiento internacional.
En 1989 muere el emperador Hiroito y su hijo, el emperador Akihito le sucede. Empieza entonces el Periodo Heisei, que quiere decir “logrando la paz”.
Este periodo comienza siendo Japón ni más ni menos que la segunda economía mundial. Sin embargo la década de los ’90 se recuerda como la del colapso de la burbuja inmobiliaria y financiera. La economía se estanca y muchos definen esos años como la “década perdida”.
En 1995 tiene lugar un hecho que aterrorizaría al país entero: el ataque terrorista de gas sarín en el metro de Tokio. El terremoto de Kobe (1995) y el tsunami con la crisis nuclear de Fukushima (2011) son otros eventos catastróficos que se sufrieron durante esta época.
Pero cambiemos a cosas positivas (que también las hay en este periodo de la historia de Japón!), en estos años se vive un florecimiento de nuevos artistas, tanto desde el punto de vista literario como del cinematográfico. Son también años de videojuegos, de animes, del nacimiento de los idols, y de unas recién descubiertas “ligereza y despreocupación” que, en las épocas pasadas ni se contemplaban en una sociedad tan rígida.
PORQUE QUIERO IR A JAPON?
Japon es un pais totalmente distinto a europa o america, es un choque de culturas que de primera vista nos choca, su historia es apasionante ya que no se estudia en ningun lado fuera de alli, a dia de hoy los Japoneses son los mas punteros en tecnologia. Tambien es el pais de los videojuegos y sobre todo quiero ir porque es el pais del tunning.
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