RETO TOKIO CAPITULO 11 - SETAS MÁGICAS (Super Mario world theme)
Rey Potro y Mario se levantaron temprano al día siguiente, listos para la misión que tenían por delante. La niebla del bosque había quedado atrás, pero la incertidumbre de lo que les esperaba seguía en el aire. Con la princesa Peach atrapada en el castillo de Bowser, no había tiempo que perder.
— ¿Estás listo para esto, amigo? —preguntó Mario ajustándose su gorra roja.
—Siempre listo —respondió Rey Potro, aunque por dentro sentía una mezcla de emoción y nervios.
Se dirigieron hacia la primera tubería verde que los llevaría a través de los diferentes mundos del Reino Champiñón. Al entrar, se encontraron en un nivel clásico de bloques flotantes, Goombas marchando en fila y Koopas patrullando el terreno.
— ¡Cuidado con esos Goombas! —advirtió Mario, saltando ágilmente sobre uno de ellos.
Rey Potro intentó imitar el salto, pero terminó aterrizando torpemente.
—Esto no es tan fácil como parece…
Mario soltó una carcajada y sacó un bloque amarillo del suelo.
— ¡Prueba esto! —dijo, lanzándole una flor de fuego.
Rey Potro atrapó la flor, y al instante, su ropa cambió de color y sus manos comenzaron a lanzar bolas de fuego.
— ¡Ahora sí que me gusta esto! —exclamó mientras lanzaba bolas de fuego a los enemigos.
A medida que avanzaban por los niveles, Mario le explicó los diferentes power-ups.
—Esta es la Hoja Tanooki —dijo Mario, entregándole una hoja con forma de mapache—. Con esto, podrás volar y atacar con la cola.
Rey Potro la usó y sintió cómo su traje cambiaba, ganando orejas y una cola de mapache. Voló por los cielos con una risa de alegría.
— ¡Esto es increíble!
Luego, Mario le mostró el Mega Hongo.
—Este te hará gigante por un tiempo limitado. Aprovecha para aplastar todo a tu paso.
Rey Potro se transformó en una versión gigante de sí mismo, aplastando bloques y enemigos con facilidad.
— ¡Mira esto, Mario! ¡Soy imparable!
Mario aplaudió.
— ¡Eso es, amigo! Pero aún queda mucho por recorrer.
En su camino, se encontraron con personajes secundarios de Nintendo y Sega. Toad les dio información sobre atajos, Yoshi les ofreció una montura rápida para atravesar terrenos complicados, y Knuckles de Sega les ayudó a romper rocas que bloqueaban su camino.
— ¡Gracias, Knuckles! —dijo Rey Potro, chocando los puños con él.
Tras atravesar mundos llenos de lava, fortalezas flotantes y mansiones encantadas, finalmente llegaron a las puertas del castillo de Bowser. Pero en lugar de una batalla tradicional, Bowser los esperaba con una propuesta diferente.
— ¡Si quieren a la princesa, tendrán que vencerme en una carrera de karts! —rugió Bowser, señalando la pista que serpenteaba por todo el castillo.
Mario sonrió.
— ¡Eso es algo que no me esperaba!
Rey Potro subió a un kart rojo brillante, mientras Mario tomaba el suyo.
— ¿Listo para esto? —preguntó Mario.
— ¡Nacido para correr! —respondió Rey Potro.
La carrera comenzó con un estruendo. Bowser tomó la delantera rápidamente, lanzando caparazones y trampas por el camino. Mario y Rey Potro esquivaban obstáculos, recogiendo potenciadores y lanzando sus propios ataques.
— ¡Toma esto, Bowser! —gritó Rey Potro lanzando un caparazón rojo que hizo que Bowser derrapara.
Mario aprovechó la oportunidad para adelantarlo, pero Bowser no se quedaba atrás. En la última vuelta, Bowser activó un caparazón azul que voló directo hacia Mario.
— ¡Mario, cuidado! —gritó Rey Potro.
Sin pensarlo, Rey Potro aceleró y tomó el impacto del caparazón azul, permitiendo que Mario cruzara la meta en primer lugar.
— ¡Lo logramos! —exclamó Mario mientras la puerta del castillo se abría.
Dentro, encontraron a la princesa Peach, quien los recibió con una sonrisa agradecida.
— ¡Gracias por rescatarme! —dijo ella. Luego se volvió hacia Rey Potro—. He oído hablar de ti. Creo que esto te pertenece.
Peach le entregó la Superestrella a Rey Potro, quien la sostuvo con asombro.
—Con esto, podrás regresar a tu mundo —le explicó Mario—. Pero recuerda, siempre tendrás un lugar aquí en el Reino Champiñón.
Rey Potro sonrió, sintiendo una mezcla de alivio y tristeza. Había hecho nuevos amigos y vividas aventuras increíbles, pero sabía que su viaje aún no había terminado.
—Gracias, Mario. Gracias, princesa. Nos veremos de nuevo.
Con la Superestrella en mano, Rey Potro se preparó para el siguiente paso de su aventura, sabiendo que nuevos desafíos y mundos desconocidos lo esperaban.
Justo antes de usar la Superestrella, Rey Potro sintió una extraña vibración en el aire. De repente, una grieta luminosa apareció frente a él, y de ella emergió una figura misteriosa.
—Rey Potro, aún no es momento de regresar —dijo la figura con voz grave—. Hay una amenaza mayor que se cierne sobre todos los mundos. Tu aventura apenas comienza.
Mario y Peach miraron sorprendidos, mientras Rey Potro apretaba la Superestrella con más fuerza.
— ¿Qué amenaza? —preguntó, con el corazón latiendo rápidamente.
La figura se desvaneció lentamente, dejando solo un eco en el aire.
—Pronto lo sabrás…
Rey Potro miró a sus amigos y luego a la grieta que seguía brillando intensamente.
—Supongo que mi regreso tendrá que esperar —dijo con una sonrisa decidida.
Con un último saludo a Mario y Peach, Rey Potro usó la Superestrella. En un destello cegador, apareció en Kioto, sintiendo que su verdadera aventura apenas comenzaba.






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