RETO TOKIO CAPITULO 20 - EL COMBATE ULTRAINSTINTO (Dragon Ball rap/porta)

 

La brisa salada del mar acariciaba el rostro de Rey Potro mientras caminaba junto a Goku por la costa que los llevaba a la isla de Miyajima, donde el majestuoso Santuario Itsukushima emergía del agua como una puerta mística entre el mundo terrenal y lo divino. La gran torii roja parecía flotar sobre las olas, dando la bienvenida a todos aquellos que llegaban para presenciar el legendario torneo de artes marciales.

—Este lugar es impresionante —dijo Rey Potro, observando cómo el sol teñía de naranja el cielo y el reflejo danzaba sobre el agua.

—Sí, es uno de los lugares más especiales de Japón —respondió Goku—. Pero no estamos aquí de turismo, Potro. ¡Tenemos un torneo que ganar!

Rey Potro sonrió. Desde su entrenamiento en el bosque, su cuerpo se sentía diferente. Aunque no podía proyectar energía como Goku, su fuerza y agilidad habían aumentado notablemente.

Al cruzar la torii y adentrarse en el recinto del santuario, el sonido de golpes, gritos de guerra y risas resonaba por todas partes. Decenas de luchadores calentaban en los patios, mientras el público, compuesto por humanos y otras criaturas peculiares, se agolpaba en las gradas temporales.




— ¡Mira quién llegó! —exclamó una voz familiar.

Goku se giró y su rostro se iluminó al ver a Krilin, quien caminaba hacia ellos junto a Yamcha y Ten Shin Han.

— ¡Krilin! ¡Yamcha! ¡Ten! —Goku corrió a saludarlos—. ¡Qué bueno verlos aquí!

— ¿Y este quién es? —preguntó Yamcha, señalando a Rey Potro.

—Soy Rey Potro —se presentó con una leve inclinación—. Vengo del otro lado del mundo.

—Pues bienvenido —dijo Ten Shin Han con su habitual seriedad—. Pero aquí no hay tiempo para presentaciones largas. Este torneo no es un juego.

— ¿Qué tiene de especial este torneo? —preguntó Rey Potro.

—Aquí no solo compiten humanos —respondió Krilin—. También hay luchadores de otras dimensiones y épocas. Se rumorea que incluso algunos seres de leyenda aparecerán.

Goku rio con entusiasmo.

— ¡Eso suena increíble!

Un gong resonó por todo el santuario, anunciando el inicio del torneo. Los luchadores fueron llamados a la arena central, una plataforma de piedra rodeada por faroles de papel y con el gran torii de fondo. El maestro de ceremonias, un anciano de barba blanca y kimono azul, levantó su bastón para hablar.

— ¡Bienvenidos al Torneo de Artes Marciales de Itsukushima! —Su voz resonó por todo el recinto—. Aquí se medirán fuerza, habilidad y, sobre todo, espíritu. ¡Que comiencen los combates!

Los primeros enfrentamientos comenzaron con luchadores locales y guerreros venidos de lugares remotos. Rey Potro observó cómo algunos usaban técnicas sorprendentes: patadas giratorias a una velocidad increíble, puñetazos que rompían el suelo y movimientos tan rápidos que parecían teletransportarse.

—Tú también puedes hacerlo —le susurró Goku—. Solo concéntrate.

Finalmente, llegó el turno de Rey Potro. Su primer oponente era un hombre corpulento con una máscara de tengu roja.

—Prepárate, extranjero —gruñó el enmascarado.

La campana sonó y el combate comenzó. El tengu atacó con una fuerza brutal, pero Rey Potro, recordando el entrenamiento con Goku, se mantuvo firme. Sintió cómo su energía interna se concentraba y esquivó los golpes con agilidad. En un movimiento rápido, golpeó al tengu en el pecho, lanzándolo fuera de la plataforma.

El público estalló en aplausos.

— ¡Ganador: Rey Potro!

— ¡Bien hecho! —gritó Goku desde la grada.

Las siguientes rondas fueron aún más intensas. Rey Potro luchó contra una joven de cabello blanco que podía congelar el suelo con sus pasos, un ninja que desaparecía en sombras y un luchador con garras metálicas que se movía como un tigre. Cada vez que sentía que iba a perder, recordaba las palabras de Goku: "La fuerza nace de la determinación".

Finalmente, alcanzó las semifinales, donde lo esperaba un oponente inesperado: Piccolo.

—Así que tú eres el famoso Rey Potro —dijo Piccolo, cruzándose de brazos—. No durarás mucho.

—Veremos —respondió Rey Potro, tratando de ocultar su nerviosismo.

La campana sonó. Piccolo atacó con una velocidad impresionante, extendiendo sus brazos como látigos. Rey Potro esquivó lo mejor que pudo, pero un golpe lo arrojó al suelo. Piccolo saltó para rematarlo, pero en el último segundo, Rey Potro rodó y le propinó un puñetazo en el estómago que lo hizo retroceder.

El público contuvo la respiración. Piccolo se reincorporó, sonrió levemente y asintió.

—Nada mal, chico —dijo, antes de impulsarse fuera de la plataforma—. Me retiro. Ya vi lo que necesitaba ver.

Rey Potro quedó atónito, pero el árbitro levantó su brazo.

— ¡Rey Potro pasa a la final!

La final sería contra Goku.

Ambos subieron a la plataforma mientras el sol se ponía, tiñendo de rojo y dorado el mar. El público rugía, sabiendo que presenciarían un combate épico.

—Dame todo lo que tienes —dijo Goku, adoptando su postura de combate.

— ¡Lo haré! —gritó Rey Potro.

El choque comenzó con un intercambio de golpes veloces. Goku era más rápido, pero Rey Potro resistía con tenacidad. De repente, Goku aumentó su energía y se transformó en Super Saiyan. Rey Potro, impulsado por su determinación, hizo lo mismo. El aire crepitó con su poder.

Los golpes resonaron como truenos, las piedras del suelo se agrietaron y las olas rompieron contra la costa con más fuerza. En un último esfuerzo, Goku se impulsó hacia adelante y golpeó a Rey Potro en el pecho, derribándolo.

El árbitro contó hasta diez.

— ¡Ganador del torneo: Goku!

Goku extendió la mano a su amigo y lo ayudó a levantarse.

— ¡Fue increíble! —dijo—. Lo diste todo.

Rey Potro sonrió, agotado pero orgulloso.

Entre los aplausos, una figura encapuchada apareció entre la multitud, observándolos. Rey Potro sintió un escalofrío. Algo más estaba por venir, y ese torneo solo había sido el comienzo.






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